En primer lugar he de destacar, al menos, un par de ejemplares de encina (Quercus ilex), aunque posiblemente no sean los únicos de dimensiones similares en nuestro pueblo. Uno de ellos se encuentra en el entorno de la casería de San Luis, se aprecia perfectamente desde la carretera que va hasta la Dehesa Cerrada. El otro se encuentra en un olivar cercano a la casería de Los Mártires, conocido dicho olivar por el nombre de El Chaparro. Ambos poseen dimensiones parecidas, sin duda se trata de árboles centenarios, si bien es cierto que en comparación con las grandes encinas de la Península se quedan pequeños. Sin embargo, desde mi punto de vista los considero monumentos naturales cuyos dueños, y autoridades políticas municipales (en este caso marmolejeñas) deben respetar, e incluso estos últimos crear alguna especie de norma que garantice su protección y cuidado, para engrandecer de esta forma el patrimonio natural marmolejeño.Por otra parte, he de mencionar otro árbol centenario situado en las cercanías del cortijo El Caserón del Pino al cual da nombre, se trata del Pino Mazuelos; es un ejemplar de pino piñonero (Pinus pinea) cuyo nombre “Mazuelos” se atribuye a que ese lugar era de un antiguo propietario llamado Vicente Mazuelos Valdelomar, empresario agrícola que poseía fincas de olivar en Marmolejo y Castro del Río. Sorprende encontrar un árbol de tales magnitudes en pleno olivar. Aunque en la sierra no sea difícil encontrar ejemplares similares o mayores, el hecho de situarse en el olivar y haber perdurado tantos años merece el reconocimiento de los marmolejeños y descubrirse ante él. Es este, el árbol más impresionante, a mi parecer, de nuestro olivar. Un ejemplar similar al Pino Mazuelos se situaba en la Casería de Aguilera, en el Pago de la Sierra. Cuentan los mayores que el viento acabó con su vida a principios de los sesenta partiéndolo por la copa, en un año de muchas lluvias.
Ahora paso a hablar de una cornicabra (Pistacia terebinthus) centenaria convertida en árbol, situada en las cercanías de la Casilla de Olimpia junto al arroyo de Los Caros. Este árbol me sorprendió gratamente al descubrirlo mientras paseaba por el campo, ya que de por sí, la cornicabra no es muy habitual verla en las lindes del olivar marmolejeño, a diferencia como puede suceder con el lentisco o retama por ejemplo. Además, la cornicabra suele aparecer siempre con porte arbustivo, y en raras ocasiones llega a alcanzar el tamaño de un árbol, para que suceda esto ha de pasar muchísimo tiempo, de ahí mi sorpresa.El hecho de encontrar este gran ejemplar de cornicabra en un lindazo de olivar, puede indicar quizás que en tiempos remotos esta especie fuese más habitual de lo que lo es en la actualidad y que por fenómenos como la conversión a la agricultura del campo menguara su población quedando este ejemplar reductual como muestra de ello. Esto es una mera hipótesis mía, no obstante si se pueden encontrar ejemplares con algo más de facilidad en otras zonas como
Los ejemplares de cornicabra más antiguos catalogados en la Península se encuentran en Baldellou (Huesca) y Cabra (Córdoba).
He de citar también una arboleda, en concreto una alameda, la alameda de la alcobilla de la Marquesa, en las inmediaciones de la casería del mismo nombre. Aunque son varias las arboledas que podemos encontrar en nuestro término, he querido resaltar esta por su belleza, se trata de ejemplares de álamo negro (Populus nigra) fundamentalmente. Su conjunto da sombra al nacimiento del arroyo de La Marquesa, lo que en su tiempo fuese una alcobilla donde la gente podía saciar su sed bebiendo sus aguas, en la actualidad tan sólo son restos que nos indican la presencia de ésta en tiempo pasado. Desde el entorno se puede observar una bonita panorámica de Marmolejo con Sierra Morena al fondo. También en sus cercanías se puede observar un ejemplar de aladierno (Rhamnus alaternus) convertido en árbol, aunque esto no es algo tan extraño como en la cornicabra, tampoco suele ser muy habitual, acostumbrando a verlo con porte arbustivo.
Por último haré mención a fenómenos en los que la vegetación le ha ganado la partida al olivar, extendiéndose ésta de forma natural hasta recuperar terrenos de ladera en los que el cultivo del olivar era inviable, pero que en épocas de pobreza se aprovecharon para rentabilizar al máximo la tierra. En este aspecto cabe destacar la ladera situada en las cercanías de la cuesta de María Giralda con el Guadalquivir a sus pies; o las laderas que se encuentran entre la casería del Cañuelo y el río Yeguas (por citar dos ejemplos claros). De esta forma lo que antaño fueron laderas de olivos fatigosas para el agricultor, son hoy pequeñas islas entre mares de olivos, que albergan cantidades importantes de vegetación y fauna.
Escrito por: Ricky Fernández Perales. respetalanaturaleza.blogpost.com
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