La ermita de San Jose estaba asociada a los cultos religiosos de los habitantes de la finca marmolejeña de la Centenera.
Se desconoce la fecha exacta de su construcción, pero hay acuerdo para situar la ermita que hemos conocido, a mediados del Siglo XIX, aunque no se puede descartar del todo un origen anterior.
El último patrón de la ermita fue Manuel Garzon y Guerrero, notario de la vecina ciudad de Andujar, el escudo nobiliario que lucia la ermita sobre su portada pertenecia al apellido de su mujer: Álvarez.
La ermita se encuentra actualmente en ruinas.
